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March 3, 2024

Clasificación de los seres vivos

La vida en nuestro planeta se manifiesta en una asombrosa variedad de formas y estructuras. Esta diversidad es el resultado de distintos tipos de organización celular, así como de la especialización en tejidos, órganos y sistemas que presentan los seres vivos.

Ante esta enorme diversidad, surge la necesidad de desarrollar herramientas que nos permitan entender y comunicar de manera efectiva sobre los seres vivos. Aquí es donde aparecen dos conceptos clave. En primer lugar, se requiere un sistema de nomenclatura internacional, que nos permita identificar y referirnos a cada organismo de manera precisa. Este sistema ayuda a evitar confusiones y asegura que, sin importar nuestro idioma, todos podamos hablar sobre las mismas cosas.

En segundo lugar, la clasificación se convierte en una herramienta esencial. Clasificar a los seres vivos según sus similitudes facilita enormemente el estudio de la vida en todas sus formas. Gracias a esta clasificación, podemos identificar patrones, comprender relaciones evolutivas y explorar las maravillas de la biodiversidad.

Tanto la nomenclatura como la clasificación son las herramientas que nos permiten explorar y entender el fascinante mundo de la vida en la Tierra.

Nomenclatura de los seres vivos

En 1735, el naturalista sueco Carlos Linneo introdujo un sistema de nomenclatura destinado a identificar y clasificar las especies. Este método, conocido como sistema binomial, implica el uso de dos nombres: uno para el género y otro para la especie y es el sistema que utilizamos en la actualidad.

Tal y como propuso Linneo, el nombre que recibe cada especie lo conocemos como nombre científico y consta, de dos partes: el nombre genérico y el epíteto específico. A los nombres científicos debemos escribirlos siempre en cursiva (solo cuando no sea posible usar la cursiva escribiremos con subrayado). A la inicial del nombre genérico la escribimos siempre con mayúscula, mientras que al epíteto específico lo escribimos con minúscula. Por ejemplo, el nombre científico del puma es Puma concolor y el del cóndor es Vultur gryphus. Junto al nombre científico se suele agregar una abreviatura que corresponde al autor que describió por primera vez el taxón, por ejemplo Culcitium canescens Humb. & Bonpl., planta descubierta por Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland en 1808.

Los nombres científicos de los taxones que se encuentran en categorías taxonómicas superiores a la especie son uninominales, es decir están compuestos por una sola palabra. No se suelen utilizar cursivas para familias ni rangos superiores.

Al nombre genérico lo podemos utilizar por sí solo, esto cuando hacemos referencia al colectivo de especies que pertenecen al mismo género. Por ejemplo, tanto el caballo como la cebra pertenecen al género Equus. Sin embargo, el epíteto específico no puede ser utilizado sin el nombre genérico. De hecho, existen especies que tienen el mismo epíteto específico y no tienen ningún parentesco como Atelopus ignescens, el jambato negro, anfibio emblemático de los Andes ecuatorianos; y Megachile ignescens, una abeja cortadora de hojas nativa de Australia. Al epíteto específico lo solemos utilizar para indicar alguna característica de la especie; en este caso, ignescens que significa “llamear”, por el color rojo naranja del abdomen. Otro ejemplo es el epíteto "sativa" que se utiliza comúnmente en nombres científicos de plantas para indicar que la especie ha sido domesticada y se cultiva de forma regular como la lechuga (Lactuca sativa), la alfalfa (Medicago sativa) o la avena (Avena sativa).

La primera vez que escribimos el nombre científico de una especie, debemos escribirlo completo, pero si repetimos el nombre en el mismo contexto y no puede haber lugar a equivocación, podemos acortar el nombre indicando únicamente la inicial del nombre genérico. Esto simplifica la escritura sin perder la identificación única de la especie en cuestión. Por ejemplo: el oso de anteojos, Tremarctos ornatus, es la única especie de oso presente en Sudamérica; en Ecuador habita en bosques nublados y páramos. El número cromosómico de T. ornatus es de 52, mientras que los osos de las subfamilias Ailuripodidae y Ursinae poseen 42 y 74 cromosomas respectivamente.

En algunas ocasiones, una misma especie puede estar formada por poblaciones muy similares genéticamente, pero con alguna diferencia. En este caso, hablamos de subespecies. Por ejemplo, los frailejones, Espeletia pycnophylla que consta de cinco subespecies, de las cuales en Ecuador destacan: Espeletia pycnophylla subespecie angelensis, presente en el páramo de El Ángel y, Espeletia pycnophylla subespecie llanaganatensis, del páramo de los Llanganates.

La abreviatura "sp." significa "especie", se utiliza cuando no estamos seguros de la especie concreta o cuando se habla en términos generales sobre el taxón. Por ejemplo, si se menciona Geranium sp. se está haciendo referencia una especie no determinada del género Geranium. En tanto que la sigla "spp." es plural, significa "especies" y se utiliza cuando se hace referencia a varias especies del mismo género, por ejemplo: Bombus spp. se refiere a varias especies de abejorros del género Bombus.

Las abreviaturas "cf." (compara con), y "aff." (afín) se utilizan para indicar que la identificación de la especie no está completamente segura, pero hay similitudes o afinidades con la especie mencionada. Por ejemplo, Lobelia cf. tenera se refiere a una planta del género Lobelia que se asemeja a la especie tenera, pero con cierta duda sobre su identificación exacta.

La abreviatura "sp. nov.", del latín "species nova", se utiliza para indicar que la especie es nueva y está siendo descrita por primera vez en la literatura científica. Por ejemplo, esta expresión se utiliza en el artículo donde se describe una nueva especie de anfibio, descubierta en 2024 en Ecuador: Rhinella bella sp. nov.

El sistema binomial de nomenclatura científica permite, además de identificar a cada especie con un mismo nombre en todo el mundo, ayudar a la clasificación en distintos grupos o categorías conocidos como taxones. De esta forma, un grupo de individuos de géneros similares pueden agruparse dentro de la misma familia, e individuos de familias similares dentro del mismo orden. Siguiendo este patrón, se encuentran los taxones de clase, filo, reino y dominio.

En la actualidad, los científicos emplean diversas técnicas y recursos en sus investigaciones, que van desde la inspección visual del material hasta el análisis del material genético. El objetivo es construir clasificaciones que reflejen fielmente los parentescos entre las especies y reproducir su evolución. Este proceso se conoce como estudio filogenético.

Los dominios y reinos de los seres vivos

Según la clasificación más usada en la actualidad, el taxón más amplio es el de dominio. Tal como propuso Carl Woese a partir de la secuenciación de ARN, distinguimos tres grandes dominios: Bacteria, Archaea y Eukarya. Los dos primeros corresponden a organismos procariotas y el último a eucariotas. La categorización taxonómica por reinos no se emplea en la clasificación de procariotas (Archaea y Bacteria), donde solo se utiliza la agrupación en dominios. En consecuencia, en la actualidad, el sistema de reinos se limita a los organismos eucariotas, divididos en cinco reinos animales (Reino Animalia), plantas (Reino Plantae), hongos (Reino Fungi), protozoos (Reino Protozoa) y algas (Reino Chromista).

Posted on March 3, 2024 10:40 PM by marceloamores marceloamores | 0 comments | Leave a comment

Problemas taxonómicos

El nombre científico de una misma especie puede sufrir modificaciones como parte del proceso de desarrollo en la taxonomía y la clasificación biológica. Algunas razones comunes para cambios en el nombre científico incluyen:

Reevaluación taxonómica: A medida que avanzan las investigaciones y se obtienen nuevas evidencias, especialmente a través de técnicas modernas como el análisis genético, los científicos pueden reevaluar las relaciones entre especies y géneros, lo que podría llevar a cambios en la clasificación.

Lectotipificación y tipificación: La selección de un tipo (lectotipo) para una especie es una parte crucial de la nomenclatura. Diferentes investigadores pueden interpretar los materiales de tipo de manera diferente, lo que lleva a la designación de diferentes tipos y, por lo tanto, a cambios en el nombre.

Sinonimia y cambios de género: La revisión de géneros y la reubicación de especies en nuevos géneros pueden resultar en cambios en la nomenclatura.

Correcciones de errores: Se pueden realizar correcciones en la nomenclatura para rectificar errores o malentendidos previos en la identificación de especies.

Ejemplos de cambios taxonómicos

Werneria es un género de plantas típicas del ecosistema páramo. En 1818, Kunth describió el género Werneria sensu lato (en el sentido amplio), incluyendo seis especies que ahora se consideran pertenecientes a dos géneros separados. En la descripción original, Kunth no designó un tipo (especimen o ilustración) para el género. La descripción genérica abarcó los caracteres de todas las especies descritas, lo que generó ambigüedad en la aplicación del nombre del género.

En 1997 Vicki Funk, una botánica estadounidense, lectotipificó el género Werneria sensu stricto (en el sentido estricto) con Werneria nubignea, es decir estableció esta especie como típica del género. La lectotipificación es un procedimiento en nomenclatura botánica que implica la designación de un tipo para un taxón cuando la designación original del tipo es insuficiente o ambigua. El tipo es una colección o ilustración de una planta que se elige como representante del nombre de un taxón, y esta designación es crucial para establecer la aplicación correcta del nombre.

Funk también separó especímenes distintos del resto del grupo. Estos especímenes excluidos los ubicó en un género al que llamó Xenophyllum. Para el tipo de Xenophyllum usó Xenophyllum dactylophyllum.

Pero, en un estudio en 2022 se descubrió que antes de la revisión de Funk en 1997, Rockhausen ya había lectotipificado Werneria en 1939, seleccionando Werneria rigida como la especie tipo. Esta publicación probablemente no fue revisada al cambiar la ubicación del tipo, de Werneria rigida, a Xenophyllum rigidum, creando un sinónimo genérico innecesario. En consecuencia, para términos nomenclaturales, todas las especies que Funk reconoció y clasificó dentro de Xenophyllum deberían considerarse, en realidad, como pertenecientes al género Werneria.

Entonces, ¿qué ocurre con las especies que Funk designó como Werneria? Es decir, aquellas que no excluyó a Xenophyllum. Para resolver este problema se creó el nuevo género Rockhausenia en honor a Rockhausen.

Como resultado, lo que anteriormente se conocía como Xenophyllum rigidum fué reclasificado como Werneria rigida, mientras que lo que solía denominarse Werneria nubigena ahora se identifica como Rockhausenia nubigena. De esta manera se reclasificaron el resto de especies.

Las expresiones "sensu lato" y "sensu stricto" son utilizadas para indicar diferentes alcances en la aplicación de un nombre taxonómico. "Sensu lato" se traduce como "en el sentido amplio", y en el ejemplo es utilizado para indicar que el género es polifilético, es decir agrupa de manera artificial más de un linaje. En contraste, "sensu stricto" se traduce como "en el sentido estricto", indicando que se hace referencia al mismo linaje.

En otra investigación, también de 2022, se determinaron cambios taxonómicos que implican al grupo de plantas conocido como Monechm*a, en el África subsahariana. El estudio, basado en evidencia filogenética molecular, reveló que *Monechma sensu lato, era polifilético, dividiéndose en dos linajes distintos, por lo que se propuso reconocer estos grupos como géneros separados.

El lectotipo de Monechma, M. bracteatum, resultó formar parte de un pequeño linaje de plantas estrechamente relacionadas al género Justicia y su nombre válido más antiguo es Meiosperma. Como resultado, Monechma se sinonimiza dentro de Meiosperma.

La mayoría de las especies previamente clasificadas en Monechma sensu lato, se encuentran en el segundo linaje, que se reconoce como el género resucitado Pogonospermum.

Estos son solo dos de los tantos problemas taxonómicos que pueden presentarse en la nomenclatura científica.

Posted on March 3, 2024 11:54 PM by marceloamores marceloamores | 0 comments | Leave a comment

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